Sep 15, 2014



Y finalmente llegó el momento de usar la famosa copita. Dejando atrás todos los temores, me aventuré. Como una siempre más o menos sabe cuándo se puede presentar el momento, salí con la copa puesta por si acaso, sabía que el día iba a ser largo. La cosa es que me olvidé de la cuestión, hasta que de repente me empezaron los dolores típicos y pensé, ¿será que no me di ni cuenta cuando me llegó? 

¡Y efectivamente! Si no fuera por los malditos dolores, ni me habría enterado. Desde el primer minuto la encontré maravillosa y entendí las frases de las copafans que decían que no sólo era buena, sino que jamás volverían a usar otra cosa. Me uno 100% a dicha afirmación. No sé si es porque soy tan obsesiva y previamente ya la había probado un montón, pero no me costó nada la manipulación. 

Todo lo que leí resultó ser cierto. No mancha, nada. No filtra, a no ser que la tuvieras mal puesta, cosa que no me sucedió. No se siente, nada. Y eso es raro, porque con las toallas una sabe cuándo la cosa no da para más y hay que cambiar, en este caso, es tan extraordinariamente buena, que hay que guiarse por la hora para calcular cuándo toca cambio. 

Como era primera vez, quería ir chequeando, pero concluí que en el peor día me bastaría con vaciarla tres veces, el resto del tiempo cada 12 horas está perfecto, y la saco solamente porque es la recomendación, porque si fuera por capacidad no tendría ninguna necesidad. 

Mientras estás con la regla cuesta mucho menos meter y sacar que en los ensayos previos. No sé a qué se debe, si habrá más lubricación o cambiará ligeramente la anatomía, pero no me costó nada. No se manchan los dedos ni al ponerla ni al sacarla. No me explico cómo, pensé que al ponerla la segunda vez, inevitablemente los dedos se mancharían un poco al chequear que se abrió correctamente, pero no, nada. 

También es cierto que la cantidad es muchísima menos de lo que una se imagina cuando usa toallas. Nunca me pasó de ver la copa hasta más arriba de la mitad. Nunca. Y el menor tiempo que la dejé puesta fueron como 5 horas. 

Es ultra limpio. Las que dicen "qué asco, no me gusta mi sangre" es definitivamente que no han probado la copa. Se... "interactúa" mucho más con los fluidos usando toalla que usando la copa. Cuando usas toalla, cada vez que vas al baño tienes que ver todo ahí. Con la copa puedes ir al baño sin necesidad de cambiarla, todo es mucho más limpio. Tampoco huele; recién ahora me di cuenta de la cantidad de perfumes asquerosos que les ponen a todas las toallas. Además según leí, la sangre huele cuando entra en contacto con el oxígeno, cosa que con la copita no sucede. Además las cantidades industriales de papel higiénico que una a veces necesita para los días abundantes es escandalosa. Con la copita nada, lo mismo de siempre no más.

Invalorable no tener que andar con toallas camufladas para ir al baño, ni dejar paquetitos envueltos en basureros ajenos, sobre todo, cuando se tiene la certeza de que una será la única responsable. 

Te da total libertad de movimiento. Olvidarse de tener que buscar la posición adecuada para sentarse, acostarse o dormir. Da lo mismo. Nunca más te sucede eso de estar sentada trabajando y de repente pararse y tener que correr a un baño a un cambio urgente. Peor aun, cuando sabes que no tienes posibilidad de baño inmediato. 

Para sacar, basta con alcanzar el palito, que siempre queda ahí, al alcance de la mano. Todavía no me explico cómo en algunas reseñas algunas personas dicen haber entrado en pánico por no alcanzar el palito de tan adentro que estaba. En mi caso jamás cambió de posición, hiciera lo que hiciera, ni aunque durmiera con la copa toda la noche. Se tira el palito, muy poquito, solo para alcanzar la base y se presiona, pero poquito! No es necesario meter toooodo el dedo como muestran muy didácticamente algunos videos, con un poquitito, onda como hasta donde llega la uña, para mi es suficiente. Se presiona un par de veces y se va sacando con cuidado y sale la copita con todo adentro, sin ningún problema. Se bota al WC, se enjuaga con agua y se vuelve a poner. Mucho más sencillo que en mis ensayos. 

Además toda la onda de la ecología, que no era mi principal motivación, pero igual no deja de hacerme sentir bien pensar en la mucha menos basura que aporto. 

Leí por ahí que usando la copa se reducían los dolores menstruales. No fue mi caso, pero de todos modos tampoco aumentaron. El ítem dolores siguió absolutamente igual. Leí también que se acortaban los días que duraba el periodo, eso aun no puedo chequearlo, porque no se me ha terminado. Actualizaré en un par de días para contar. 

Conclusiones


Si están buscando información, mi experiencia es 100% satisfactoria. Atrévanse y úsenla. En la página web de mialuna, que fue donde la compré yo, ofrecen devolver la plata si una no se acostumbra a usarla en tres meses. Eso fue uno de los factores que me motivó a comprarla. Si no me servía, al menos no habría botado la plata. Pero ahora no la devolvería ni aunque me amenazaran de muerte.

Deben tener paciencia y darse tiempo para aprender a usarla. Yo era de las que jamás había usado un tampón y que tenía ultra reticencia a la idea de andar manipulando e introduciendo cosas en la vagina. Me parecía demasiado invasivo. 

Puedo dar fe de que no es invasivo. Hay que probar varias veces y no darse por vencida a la primera, ni a la segunda ni a la tercera. Prueben hasta que les resulte. Les prometo que resulta. 

Si la sienten cuando está puesta, es que está mal puesta. Busquen otra forma de doblar, o de empujar, quizás es en otro ángulo, más hacia abajo o más hacia arriba, supongo que eso depende de la anatomía de cada mujer. 

Cuando se logra usar con éxito, una se vuelve mucho menos infeliz durante aquellos infames días. Vale la pena de todas maneras, sí o sí.

Actualización 15 de noviembre de 2014: Habiéndola utilizado ya durante tres periodos, sigo afirmando que ¡es el mejor invento de la vida! Efectivamente en mi caso el periodo se me acortó casi un día, lo que me lleva a pensar que quizás no es tan mito eso que se dice que los productos de higiene femenina estimulan el sangrado para que uno tenga que comprar más. ¡Qué rabia me da pensarlo!

Actualización 16 de noviembre de 2014: Me pasaba que el palito de la copa a veces me molestaba, pero me hacía la loca y al rato dejaba de molestar (¿o me acostumbraba?). Lo había cortado en la primera marca, pero aun así no era suficiente y tenía miedo de cortarlo más. Al tercer mes de uso me decidí y lo corté hasta la última marca, quedó con un palito muy chiquitito y la diferencia ¡se nota! ¡Es mucho más cómodo! Y no he tenido problemas de manipulación. Así es que no teman en cortar el palito, eso sí, recomiendo que se acostumbren primero a la manipulación antes de cortarlo.

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