Experiencias útiles

Esta cuestión sí que es maravillosamente rica. Nuevamente huyendo de la sugerencia de mi edad, que se supone que me debería echar encima todo lo de Rosa Mosqueta, decidí probar esta leche corporal de espino amarillo indicada para pieles secas. 

No tengo la piel especialmente seca, pero había visto un video de una chica española que decía que para la gente de piel seca se le podía quedar corta, así es que pensé que sería ideal para mí. Y me encantó. Me deja la piel muy humectada, con la sensación de "grasa", pero no grasienta, no sé cómo explicarlo. Muchas cremas dejan la piel suave al instante, pero a las 3 horas es como si uno no se hubiese echado nada. Esta leche corporal al aplicarla no deja la sensación tan de "humectación profunda instantánea", pero sí la humectación me dura todo el día y desde el primer día de uso noté la diferencia entre no usar nada y usar esto.

Además como es leche y no crema, se esparce mucho mejor y se absorbe rapidísimo. El aroma es cítrico, como a naranja o mandarina, muy rico, pero como todos los productos Weleda, uno los disfruta durante la aplicación y el aroma se esfuma casi de inmediato. 

No es necesaria demasiada cantidad para todo el cuerpo, aun así creo que 200 ml es un poco poco xD. Me costó $13.000.- (octubre de 2014) y todavía no les puedo decir cuánto dura. Actualizaré con la info.

Actualización: Me duró la cremita hasta fines de enero de 2015, es decir 3 meses. Igual la encuentro cara, pero de esas cosas caras por las que vale la pena pagar cuando uno se quiere dar un lujo. No me la puedo permitir forever, pero sin duda estará dentro de mis posibilidades cuando me quiera dar un gusto. 

Desde hacía tiempo le tenía echado el ojo a esta marca. Es una marca chilena, 100% natural y que fabrica productos en base a palta y aceite de oliva. Me tincaba un shampoo de palta y quería probar algo natural en mi pelo, así es que aprovechando un ofrecimiento del cielo, los pedí de regalo. 

Son bastante caros, $17.200.- el kit que trae Shampoo y Acondicionador de 250 ml. Pero era un capricho que quería probar. Cuando fui a la tienda, la vendedora me surigió que, según mi tipo de pelo, llevara el de arándano y no el de palta. Así es que partí a casa feliz con la adquisión.

Si bien las botellas son chicas, se usa muy poco producto cada vez, así es que son rendidores en ese sentido. El primer lavado es como la maravilla misma, huele muy rico, casi que dan ganas de comerse el shampoo. Con el tiempo he ido notando que el aroma se ha ido perdiendo. Bueno, como decía, el primer lavado deja el pelo súper brillante y suave, exquisito.

Pensé que sería así en lo sucesivo y quedé súper entusiasmada, casi nada de frizz y el pelo súper suave. Pero conforme se va ocupando, es como si se fueran perdiendo las propiedades del inicio. Como al mes de uso uno vuelve al mismo frizz de siempre y ya noto francamente secas mis puntas, mucho más secas que cuando me lavaba con el shampoo más barato del supermercado. Ha sido bastante decepcionante en ese sentido, pero aun así persevero y pienso usarlos hasta que se me terminen. 

Tal vez debería intercalarlos con otros productos. No se recomiendan para lavado diario, pero tengo la fortuna de no necesitar lavar mi pelo todos los días. Aun así creo que habría que dejarlo descansar. 

Aproveché una oferta de shampoo Le Petit Olivier y estoy a la espera de que me llegue. Así es que tal vez esa sea una buena alternativa para cambiar de producto. Estaré actualizando.

Y sí. Weleda otra vez. Pero es que se me terminó el Fluido hidratante de Iris y decidí probar el que se supone corresponde a mi edad (cosa que me enteré después). Estaba súper contenta con el anterior, así es que supuse que este, como además correspondía a mi edad, sería aun mejor. 

Jamás podría decir que es un producto malo, pero en comparación con el de Iris, me da la sensación de que es menos hidratante. Se supone que tiene otras bondades, pero siento que la cara me transpira un poco luego de la aplicación, muy poco, es leve y se pasa rápido, pero con el anterior eso no me pasaba, además me dejaba con más sensación de hidratación que esta. Me da la impresión también de que este fluido es un poco menos fluido que el de Iris, y en cuanto a aroma también me gustaba más el de Iris. O sea, todo mal conmigo y con mi edad, porque prefiero el de Iris, y más encima era bastante más barato. 

Más adelante actualizaré a ver si noté algún efecto "alisante", y como siempre, para contar cuánto tiempo me duró el producto. 

Y sí, bueno, soy un poco (bastante) fanática de Weleda, pero es que casi todo lo que he probado de la marca me ha fascinado, así es que en cuanto se me acabó la cosa para lavarme la cara, decidí probar esta loción limpiadora 2 en 1. Flojera es mi nombre en cuanto a rutinas de belleza, así es que lo que pueda ser 2 en 1 me parece altamente atractivo. 

Estaba un poco asustada, porque después de comprarlo leí unas reseñas malísimas diciendo que dejaban la cara seca y tirante, pero bueno, ya estaba así es que lo probé. No uso maquillaje, así es que las pestes que se hablan respecto a que no saca el maquillaje a mi no me afectan en nada. Con respecto a que deja la cara tirante, no me pareció en absoluto. Chiquillas, para las que vienen del Neutrogena Deep Clean, esta loción es una maravilla. Esa cosa de Neutrogena es como lavarse la cara con Quix, así es que hasta encuentro que este producto es "hidratante".

El aroma sí que es penetrante, pero como todos los productos que he probado de Weleda, no duran nada, solo la aplicación, así es que no hay que urgirse por eso. De todos modos no me desagradó para nada, pero sí que es fuerte. 

La cara me queda con sensación de limpieza, no he observado ninguna reacción desfavorable. Sí me pica un poco cuando lo aplico, pero solo al aplicarlo, no me deja rojo ni me provoca alergia. 

Hasta ahora, mi experiencia ha sido muy grata con el producto. Más adelante actualizaré si se produce alguna novedad en su uso y para comentar cuánto tiempo me duró.

Actualización: Esta pócima me duró hasta principios de febrero, es decir, casi justo los tres meses. Debo advertir que no soy demasiado constante y no uso nada de maquillaje, así es que según reseñas leídas en otros blogs, en donde advierten que no es un buen producto para quitar maquillaje, tal vez no sea la mejor opción para algunas. A mí me gustó, no me provocó irritación y dejó mi piel fresquita de una pura vez, lo cual agradecí. Pero nuevamente, como todo lo Weleda, el precio me obliga a buscar alternativas. Ahora estoy probando el gel de limpieza facial de La Jacinta que compré en Vivo Nativo, que es una tienda que está en la galería Madrid (Pedro de Valdivia con Bilbao) y como tónico estoy ocupando un hidrolato de rosas que compré en una tienda que se llama algo así como Delicias de Chile, que queda en el subterráneo que está en Pedro de Valdivia con Providencia.

Me recomendaron esta novela como una manera de entender el lamentablemente actual conflicto árabe israelí. Justo había terminado 1Q84 y buscaba algo diferente, así es que comencé. Desde el primer minuto atrapa, está muy bien narrada, dan ganas de saber qué pasa con Samuel desde la primera página. 

La historia comienza con una periodista que va a conocer la versión de un judío que vive en unas tierras que antiguamente eran de los árabes. Allí el anciano que la atiende comienza a contarle la historia de sus antepasados, cómo huyeron de los pogromos en Rusia y llegaron hasta el lugar en que están hoy. 

En lo personal me resulta muy interesante cuando una historia parte en el tiempo actual y luego se hace un recuento. Uno sabe desde la primera página que Samuel tuvo un hijo, pero se debe conocer todo lo que pasó para llegar hasta aquello.

La periodista conoce la versión de Ahmed y Ezequiel le narra la historia desde el punto de vista de Samuel. Resulta muy interesante cómo se van intercalando los relatos de manera perfecta y cómo se van destruyendo muchos prejuicios que se tienen contra los judíos, gracias al personaje de la periodista. 

Uno puede entender por qué los judíos comenzaron a armarse y a defenderse. Ojo, digo entender, porque una cosa es entender y otra es compartir. No comparto nunca el enfrentamiento armado, pero siempre he creído que hay que estar en los zapatos de alguien antes de ponerse a juzgar.

¿Cómo se vive siendo apátrida? ¿Qué tan importante es tener un pedazo de tierra, un lugar propio, en donde poder echar raíces? Resulta difícil conciliar ambos puntos de vista porque, a pesar de ser opuestos, tienen los dos un poco de razón. Por un lado, ¿cómo es que los árabes palestinos de pronto se convierten en extranjeros en su propia casa? Por otro lado, si los judíos han llegado, trabajado y se han establecido en esas tierras, ¿por qué tendrían que irse? La pregunta que traspasa toda la novela es ¿por qué no se puede compartir la misma tierra?

Samuel es un hombre que más bien deja que el destino decida por él. Ha sufrido tanto, que no le importa demasiado el lugar en donde está ni las personas con las que comparte. Por otro lado, los Ziad son una familia árabe muy apegada a sus tradiciones, sin embargo eso no impide que se forje una sincera amistad.

El final toma un giro inesperado, hasta las últimas páginas yo al menos no me lo imaginé. No lo contaré para no arruinar la historia.

Recomendadísima. Me gusta mucho cuando una novela me atrapa al punto de no querer parar de leer. Eso no siempre sucede.

Algunas citas que me llamaron la atención:

Todo lo malo que me ha sucedido ha sido por ser judío. A mi familia la asesinaron en un pogromo, perdí a mi madre, a mis hermanos, a mi abuela... ¿Quién querría ser judío después de eso? Yo no quería.

Me parece absurdo que los hombres nos peleemos por creer que el Dios al que rezamos es mejor que el Dios de los otros.

Hay momentos en la vida en los que la única manera de salvarse a uno mismo es muriendo o matando.

Olvidáis lo principal: la conciencia.

Habían sentido un desgarro al emigrar, y ahora que se abría una puerta para el retorno volvían a sentir el mismo desgarro. ¿Se puede amar a dos patrias a la vez? 

A veces lo más sencillo es la verdad.

Tengo la impresión de que los acontecimientos han decidido por mí.

La realidad será la que queramos que sea.

Os han prometido un hogar en una tierra que no les pertenece.

La realidad no es más que el reflejo de las acciones de los hombres, de manera que la realidad se puede cambiar. 

Nunca he permitido que ni la tierra ni la religión marcaran mi identidad. Sólo soy un hombre que quiere vivir en paz, no importa dónde.

Palestina es vuestra patria, nunca diré lo contrario, pero también es la nuestra.

Hay momentos en la vida en los que uno no debe decidir para no traicionarse a uno mismo. 

La una había nacido en Jerusalén y la otra en Vilna; una cubría su cabello con un velo y siempre vestía una túnica que le tapaba todo el cuerpo, la otra llevaba las piernas y los brazos al descubierto, vestía pantalones y jamás bajaba la mirada cuando le hablaba un desconocido. Pero aquellas diferencias se habían ido achicando hasta ser irrelevantes en unas vidas en las que la única medida era la amistad y el afecto.

De la noche a la mañana miles de judíos se convirtieron en canteros, herreros, marineros...

No me complace la violencia, pero es inevitable.

¿Acaso es un amigo aquel al que le abres la puerta de tu casa y, una vez dentro, te quiere expulsar?

Mataré a cualquiera que me tache de traidor. Pero también defenderé mi derecho a elegir a mis amigos y a discrepar de algunas de las acciones de los nuestros.

Insensible a cuanto sentíamos, la vida continuó con su rutina.

Rezar de manera diferente no nos hace diferentes.

Ningún animal es capaz de hacer lo que han hecho los nazis.

Auschwitz nos estaba helando la sangre. Era una ciudad, una pequeña ciudad levantada con un único objetivo: asesinar.

No ha sido obra de locos, sino un plan perfectamente pensado, organizado, ejecutado. No hay un ápice de locura en lo que han hecho. ¡Por Dios, Gustav, no les disculpemos llamándoles locos!

¿Qué sentido tendría volver como extranjeros a su propia patria?

La verdadera patria de los hombres es la de la infancia y en la tuya habitaban Wädi y su familia, los Ziad (...) Estáis unidos por lazos que ni él ni tú podrán romper por más que os empeñéis.

Y finalmente llegó el momento de usar la famosa copita. Dejando atrás todos los temores, me aventuré. Como una siempre más o menos sabe cuándo se puede presentar el momento, salí con la copa puesta por si acaso, sabía que el día iba a ser largo. La cosa es que me olvidé de la cuestión, hasta que de repente me empezaron los dolores típicos y pensé, ¿será que no me di ni cuenta cuando me llegó? 

¡Y efectivamente! Si no fuera por los malditos dolores, ni me habría enterado. Desde el primer minuto la encontré maravillosa y entendí las frases de las copafans que decían que no sólo era buena, sino que jamás volverían a usar otra cosa. Me uno 100% a dicha afirmación. No sé si es porque soy tan obsesiva y previamente ya la había probado un montón, pero no me costó nada la manipulación. 

Todo lo que leí resultó ser cierto. No mancha, nada. No filtra, a no ser que la tuvieras mal puesta, cosa que no me sucedió. No se siente, nada. Y eso es raro, porque con las toallas una sabe cuándo la cosa no da para más y hay que cambiar, en este caso, es tan extraordinariamente buena, que hay que guiarse por la hora para calcular cuándo toca cambio. 

Como era primera vez, quería ir chequeando, pero concluí que en el peor día me bastaría con vaciarla tres veces, el resto del tiempo cada 12 horas está perfecto, y la saco solamente porque es la recomendación, porque si fuera por capacidad no tendría ninguna necesidad. 

Mientras estás con la regla cuesta mucho menos meter y sacar que en los ensayos previos. No sé a qué se debe, si habrá más lubricación o cambiará ligeramente la anatomía, pero no me costó nada. No se manchan los dedos ni al ponerla ni al sacarla. No me explico cómo, pensé que al ponerla la segunda vez, inevitablemente los dedos se mancharían un poco al chequear que se abrió correctamente, pero no, nada. 

También es cierto que la cantidad es muchísima menos de lo que una se imagina cuando usa toallas. Nunca me pasó de ver la copa hasta más arriba de la mitad. Nunca. Y el menor tiempo que la dejé puesta fueron como 5 horas. 

Es ultra limpio. Las que dicen "qué asco, no me gusta mi sangre" es definitivamente que no han probado la copa. Se... "interactúa" mucho más con los fluidos usando toalla que usando la copa. Cuando usas toalla, cada vez que vas al baño tienes que ver todo ahí. Con la copa puedes ir al baño sin necesidad de cambiarla, todo es mucho más limpio. Tampoco huele; recién ahora me di cuenta de la cantidad de perfumes asquerosos que les ponen a todas las toallas. Además según leí, la sangre huele cuando entra en contacto con el oxígeno, cosa que con la copita no sucede. Además las cantidades industriales de papel higiénico que una a veces necesita para los días abundantes es escandalosa. Con la copita nada, lo mismo de siempre no más.

Invalorable no tener que andar con toallas camufladas para ir al baño, ni dejar paquetitos envueltos en basureros ajenos, sobre todo, cuando se tiene la certeza de que una será la única responsable. 

Te da total libertad de movimiento. Olvidarse de tener que buscar la posición adecuada para sentarse, acostarse o dormir. Da lo mismo. Nunca más te sucede eso de estar sentada trabajando y de repente pararse y tener que correr a un baño a un cambio urgente. Peor aun, cuando sabes que no tienes posibilidad de baño inmediato. 

Para sacar, basta con alcanzar el palito, que siempre queda ahí, al alcance de la mano. Todavía no me explico cómo en algunas reseñas algunas personas dicen haber entrado en pánico por no alcanzar el palito de tan adentro que estaba. En mi caso jamás cambió de posición, hiciera lo que hiciera, ni aunque durmiera con la copa toda la noche. Se tira el palito, muy poquito, solo para alcanzar la base y se presiona, pero poquito! No es necesario meter toooodo el dedo como muestran muy didácticamente algunos videos, con un poquitito, onda como hasta donde llega la uña, para mi es suficiente. Se presiona un par de veces y se va sacando con cuidado y sale la copita con todo adentro, sin ningún problema. Se bota al WC, se enjuaga con agua y se vuelve a poner. Mucho más sencillo que en mis ensayos. 

Además toda la onda de la ecología, que no era mi principal motivación, pero igual no deja de hacerme sentir bien pensar en la mucha menos basura que aporto. 

Leí por ahí que usando la copa se reducían los dolores menstruales. No fue mi caso, pero de todos modos tampoco aumentaron. El ítem dolores siguió absolutamente igual. Leí también que se acortaban los días que duraba el periodo, eso aun no puedo chequearlo, porque no se me ha terminado. Actualizaré en un par de días para contar. 

Si están buscando información, mi experiencia es 100% satisfactoria. Atrévanse y úsenla. En la página web de mialuna, que fue donde la compré yo, ofrecen devolver la plata si una no se acostumbra a usarla en tres meses. Eso fue uno de los factores que me motivó a comprarla. Si no me servía, al menos no habría botado la plata. Pero ahora no la devolvería ni aunque me amenazaran de muerte.

Deben tener paciencia y darse tiempo para aprender a usarla. Yo era de las que jamás había usado un tampón y que tenía ultra reticencia a la idea de andar manipulando e introduciendo cosas en la vagina. Me parecía demasiado invasivo. 

Puedo dar fe de que no es invasivo. Hay que probar varias veces y no darse por vencida a la primera, ni a la segunda ni a la tercera. Prueben hasta que les resulte. Les prometo que resulta. 

Si la sienten cuando está puesta, es que está mal puesta. Busquen otra forma de doblar, o de empujar, quizás es en otro ángulo, más hacia abajo o más hacia arriba, supongo que eso depende de la anatomía de cada mujer. 

Cuando se logra usar con éxito, una se vuelve mucho menos infeliz durante aquellos infames días. Vale la pena de todas maneras, sí o sí.

Actualización 15 de noviembre de 2014: Habiéndola utilizado ya durante tres periodos, sigo afirmando que ¡es el mejor invento de la vida! Efectivamente en mi caso el periodo se me acortó casi un día, lo que me lleva a pensar que quizás no es tan mito eso que se dice que los productos de higiene femenina estimulan el sangrado para que uno tenga que comprar más. ¡Qué rabia me da pensarlo!

Actualización 16 de noviembre de 2014: Me pasaba que el palito de la copa a veces me molestaba, pero me hacía la loca y al rato dejaba de molestar (¿o me acostumbraba?). Lo había cortado en la primera marca, pero aun así no era suficiente y tenía miedo de cortarlo más. Al tercer mes de uso me decidí y lo corté hasta la última marca, quedó con un palito muy chiquitito y la diferencia ¡se nota! ¡Es mucho más cómodo! Y no he tenido problemas de manipulación. Así es que no teman en cortar el palito, eso sí, recomiendo que se acostumbren primero a la manipulación antes de cortarlo.

Experiencia comprando copas menstruales MeLuna (marca alemana). Intento de comparativa con Mialuna, que todavía no puede ser. CLICK AQUÍ

No es que me haya comprado toda la tienda Weleda (aunque me gustaría), pero cada vez que tengo la oportunidad de probar alguno de sus productos, no me la pierdo. Me regalaron este aceite de árnica en alguna oportunidad en que estaba adolorida, ya ni me acuerdo por qué.

En ese tiempo aun no había descubierto las bondades de la marca y la botella pasó al olvido entre medio de muchas otras. Hasta que de repente la recordé, la desenterré y empecé a ocupar este aceite por las noches, luego de la ducha. 

Se absorbe relativamente rápido. Se masajea un poco la zona y no queda con sensación de grasitud. Tampoco me mancha el pijama. Me gusta el olor, aunque ya es un tema muy personal, porque es fuerte y entendería si alguien lo detestara. 

Realmente se siente calor en la zona masajeada durante bastante rato y la piel queda más suave. No sé si podría considerarlo un imprescindible, pero como regalo me vino como anillo al dedo. Muy rico.

No he tenido el placer (ni las lucas) como para comprarme la crema de ducha de rosa mosqueta, pero sí tuve la oportunidad de probarla durante una semana gracias a unas muestras gratis que me regalaron en la farmacia. 

Se echa el contenido del sobre en la esponja y alcanza sobrado para todo el cuerpo. Hace una rica espuma y tiene muy rico olor, claro que ya es tema de gusto personal, porque he leído muchas opiniones en que mencionan este aroma como un contra. A mi me gusta mucho, no es fuerte ni pasoso. Además no es que después uno ande oliendo a rosa mosqueta. Es solamente durante la ducha, después no queda aroma.

La piel se siente suavecita, no deja esa sensación de tirantez que dejan los jabones comunes y algunos geles que más parecen detergente de ropa. En cuanto termine el otro gel de ducha que estoy usando ahora, iré por esta crema, porque sí creo que se puede llegar a convertir en un imprescindible.

Este es el mejor de los inventos, en mucho tiempo. Eso sí, te tiene que gustar leer, porque si en este preciso instante estás pensando que sirve "solo" para leer, mejor sal de este post.

Efectivamente, su función es la de lectura. No esperes un dispositivo para instalar aplicaciones o hacer otras cosas. La tinta electrónica es como el papel. Como la pantalla no es iluminada no cansa la vista ni tampoco tiene reflejo, o sea, puedes leer a plena luz del sol y se ve perfectamente bien. 

Existen versiones con wifi+datos móviles o solo wifi. Yo tengo la que tiene solamente wifi y no he echado de menos la otra función. De hecho mi kindle vive con el wifi apagado para que la batería dure más. Y la batería dura ¡mucho! Me he ido fines de semana a puro leer y la batería apenas baja un cuarto. Si eres lector/a empedernida, algo así como leer 8 horas diarias todos los días (conozco gente que sí lee esa cantidad en vacaciones) puede que te gastes la batería en una semana o semana y media. O sea, súper bien.

Calibre es software obligado con este tipo de dispositivos. Es un programa gratuito que permite gestionar tu biblioteca y convertir formatos. O sea si te bajaste compraste un libro en formato .epub, que es el formato del nook, y quieres pasarlo al kindle, que usa formato .mobi puedes hacerlo a través de Calibre. Dejo el link de descarga: 

http://calibre-ebook.com/

Otra de las grandes ventajas es que uno se olvida de los malabares para sostener libros grandes. A quién no le ha pasado de tener que buscar un cojín lo suficientemente cómodo para el libro, que permita pasar las hojas con facilidad, otro para el brazo, otro para el otro brazo, etc. El kindle es livianito, con una mano es suficiente y si se te cansa, sigues con la otra y listo.

Además tiene harta capacidad de almacenamiento y no hay que andar acarreando el peso de los libros cuando uno se va de vacaciones, por ejemplo.

Lo recomiendo a ojos cerrados para leer novelas, cuentos, poemas, ese tipo de cosas. No para textos de estudio, porque cuando uno estudia necesita subrayar, ir atrás, adelante, y eso en el kindle se puede hacer, pero distrae.

Se supone que también almacena y reproduce música, por si uno quisiera leer con banda sonora, pero nunca he ocupado esa función. También trae a modo experimental un navegador, que tampoco he ocupado. Una vez lo probé para ingresar al sitio de Amazon y para ingresar a Gmail, funcionó, pero sin que fuera algo que me llamara demasiado la atención. 

Desde hace tiempo andaba buscando algún protector labial que fuera igual de bueno como lo fue en sus tiempos el blistex. No sé si habrán cambiado de fórmula o es que luego de más de 15 años de uso ininterrumpido me volví algo así como "inmune al blistex", la cosa es que no me estaba funcionando igual de bien que como lo recordaba. 

Al principio sí, pero al rato de aplicarlo notaba los típicos pellejitos que molestan y que uno tiende a mordérselos sin pensar y cuando ya te diste cuenta es demasiado tarde, ya tienes herida en los labios. Probé un par de marcas más, chapstick, nivea y la clásica mantequilla de cacao, pero encontré que hacían poco y nada hasta que -otra vez- Weleda aparece salvando la situación. 

No es barato ni fácil de encontrar, me costó $4.300.- (en agosto de 2014) y lo perseguí hasta la farmacia Ximena Polanco que queda en Lyon, entre Carlos Antúnez y Lota, en Providencia. 

Eso sí, es muy rico, se nota más cremoso que el blistex. Tiene un aroma un poco indescriptible, como a crema no más xD, pero no es desagradable. Dura al menos un par de horas puesto, me alivió las heridas desde la primera aplicación y noto los labios mucho más humectados y sin esos infames pellejos de mal a muerte.

Llevo usándolo un mes, sagradamente en la mañana y en la noche y a veces, según lo necesite o lo recuerde, una o dos aplicaciones más durante el día (a veces ninguna). He gastado aprox 1/8 del producto así es que calculo que me va a durar varios meses. Punto en contra es que no tenga factor solar como sí trae el blistex, pero a pesar de eso, lo prefiero, porque con el blistex eran heridas a cada rato. 

Me regalaron esta crema para manos de natura y como me suele suceder, al poco tiempo hice un orden profundo en mi pieza y la guardé tan bien guardada y ordenada, que se me olvidó que la tenía. Apareció hace poco de entre las cenizas y la probé porque justo mis manos estaban lo partidas con el frío. 

En general le hago el quite a las cremas en las manos. Me carga esa sensación grasienta y como a veces ando apurada se me olvida que recién me encremé y me pongo a hacer otras cosas y todo queda encremado. La mayoría de las veces corro a lavármelas con agua y jabón (en alguna ocasión de desesperación máxima me las lavé con quix, qué onda la desesperación de la grasa). 

Y bueno, como tenía tiempo la probé. Y al rato caí en la cuenta de que ¡es la mejor crema de manos que he probado! Se absorbió súper rápido, tanto que me puse a hacer otras cosas y me olvidé que me había echado crema. Cuando al mucho rato después me lavé las manos, me llamó la atención lo suaves que estaban y me acordé de la cremita maravillosa. Fui a echarme otra vez y comprobé que por fin había encontrado la crema perfecta para mí.

Deja las manos súper suaves durante mucho rato, incluso después de lavarlas. Obvio, después del lavado no quedan igual de ultra suaves que cuando recién te echas crema, pero sí mantiene bastante la humectación.

Recomendada sí o sí para gente que tenga las manos secas y que no esté dispuesta a andar dejando todo grasiento por la vida.

Tengo una manía casi compulsiva de detestar con todo mi ser y mi corazón las cremas que dejan la cara brillante, léase todas las que había probado. Algunas más, algunas menos, pero todas dejaban ese rastro grasoso asqueroso que podía tolerar un rato y después prefería no ponerme nada. 

Hasta que encontré esta maravilla de Weleda. Es un fluido hidratante, o sea, es más líquido que una crema, se absorbe ultra rápido y deja CERO brillante, la amé desde el primer momento. La hidratación en la cara se nota con ganas y luego de usarla durante 2 semanas seguidas noté franca mejoría en la piel. Recomendadísima. Tiene un aroma muy sutil, que no molesta, no irrita ni se queda horas.

Se necesita muy poquita cantidad para toda la cara así es que calculo que me va a durar un buen tiempo. Me costó $10.500.- (en julio de 2014).

Actualización 15 de noviembre 2014: Recién se me acabó la crema, ocupé hasta el último rastro del envase, lo corté e hice lo imposible por rescatar todo el producto. Me duró casi 3 meses y medio, usándola religiosamente todos los días. Eso sí, una vez al día, la paciencia no me da para dedicar más que eso. 

No. No es que quiera llevar una vida hippie ni que sea tan ecológica ni orgánica. Pero a veces la vida no deja más alternativas y al descubrir que los desodorantes comunes me estaban provocando alergia, tuve que investigar qué podía usar. 

Me enteré de las mil y una contraindicaciones de usar antitranspirantes. Siempre que se me plantea la información del terror respecto a que una determinada cosa puede provocar cáncer, mi primera reacción es de escepticismo. Pareciera que si uno se pone a investigar, todo provoca cáncer. Suelo guiarme por el sentido común y en realidad, me di cuenta de que tapar los poros durante años y años con productos que no me cabe duda que no deben ser muy santos, no debe ser bueno. No sé si tanto como para provocar cáncer, pero lo suficiente como para hacer un intento de no usarlos.

Fui esperanzada al supermercado, decidida a comprar alguno que solo fuera desodorante, pero no antitranspirante. Me llevé una gran sorpresa al descubrir que todos los desodorantes son antitranspirantes, y algunos se promocionan, como si fuera la gran cosa, que su efecto dura 48 horas. 

Desodorantes naturales encontré en Weleda, marca que me gusta muchísimo, pero ¡qué onda lo caro!

Empecé entonces a googlear y di con un montón de páginas de gente vegana y orgánica, que recomendaban hacer diversas pastas a modo de desodorante. No tengo ni tiempo ni paciencia de andar haciendo pastas ni cosas raras. Hasta que leí un post y vi varias reseñas de la famosa piedra alumbre, que no es otra cosa que una piedra, que al humedecerla y aplicarla, actúa contra la bacteria que te hace oler a rayos y centellas, pero no es antitranspirante. 

Se vende en la salcobrand y cuesta $2.990.- (mes de julio de 2014). Es más fácil encontrar una versión líquida en spray, que fue la primera que probé, porque no encontré la piedra. Empecé a usarla con temor, pero pronto me di cuenta de que realmente no hueles a nada. Y lo mejor, es que tampoco mancha nada. Muchas de mis camisetas fueron a dar a la basura por las manchas de desodorante imposibles de sacar (¡y eso mismo es lo que uno se echa en la piel todos los días durante años y años! Da para pensar). 

Luego de recorrer durante un mes cuanta salcobrand pillaba en el camino, di con la piedra. Ojo que hay que fijarse que sea la que dice Potassium Alum, que es la realmente natural, porque también se vende una de la misma marca y mismo formato, pero que en los ingredientes indica Ammonium alum y es sintética y al parecer igual de dañina que los desodorantes comunes. 

Llevo casi un mes con este nuevo producto y estoy súper contenta. Me dura todo el día, no mancha mi ropa, no tiene perfume -porque vaya que son pasosos los desodorantes comunes- y a juzgar por lo que he usado, calculo que la botella líquida me va a durar por lo menos unos 6 meses o quizás más. La botella sigue casi igual de llena que cuando la compré. Así es que a la larga, sale mucho más barato que un desodorante común. 

La marca es Naturally Fresh y como ya mencioné, se vende en salcobrand. 

Bonus track: también sirve para los machos alfa. El envase es lo suficientemente unisex.

He aquí mis aventuras con la famosa copa menstrual. Nunca he sido hippie, ni talibana de lo natural, ni especialmente ecológica ni nada de eso. ¿Cómo diantres fui a dar con la copa? La peor de las alergias: alergia a las toallas higiénicas. Horror. Después de probar cuatro o cinco marcas diferentes, con y sin aroma, con y sin alas, con y sin de todo, y comprobar con espanto que las únicas que no me provocaban nada eran las de la marca Natracare, me puse a investigar qué alternativas existían para mi. 

Natracare es una línea de toallas femeninas orgánica, todo muy lindo, el algodón orgánico y toda la buena onda, pero WTF, ¡iba directo a la ruina! ¡Qué manera de ser caras! Y aparte de caras, sentía que no eran lo suficientemente absorbentes. O sea, todo mal. 

Nunca fui amiga de los tampones, es más, me cargaban y me cargaba la idea de estar introduciendo algo. Léase, cero experiencia en esas lides. Además, tampoco eran una alternativa a mi problema, porque tampoco se puede andar con tampón durante todo el ciclo, ni durante la noche. 

Toallas de tela tampoco me parecían una opción práctica, además tener que andar lavando y demás ¿quién tiene tiempo hoy por hoy? Leí por ahí que se usan las esponjas marinas, así como un tampón y que son reutilizables... hmm, tampoco me convencía. 

Y bueno, así como casi por descarte lo único que me fue quedando fue la copa menstrual. Me pasé un fin de semana completo leyendo reseñas y viendo videos. Me costaba convencerme, pero ¿tenía alternativa? Y bueno, después de mucho leer, casi todos los comentarios no solo eran buenos sino que onda, "jamás volvería a ocupar otra cosa que no sea la copa". Y así fue como me envalentoné y la pedí. 

Me decidí por la marca Mialuna porque leí un par de reseñas y se trataba de usuarias felices, así es que upa chalupa. No había vuelta atrás. Consulté qué talla me convenía, me contestaron súper rápido y a pesar de mis temores respecto al tamaño, pensé que si ellas se dedican a esto, tendrán que cachar. Así es que les hice caso. Llegué a tener pesadillas con la copa, y es que pese a haber leído tanta maravilla, no dejaba de parecerme una cosa GIGANTE metida ahí adentro. Pero si todas pueden, yo también. Fue mi reflexión. No puedo ser la única amorfa. 

Llegó finalmente la copita y me alivió constatar que era más chica de lo que pensaba. Y bueno. Comenzó la aventura. Muchas recomendaban probarla antes de que te llegue la regla, para acostumbrarse a poner, sacar y manipular. Ok. 

Fracasé de manera miserable. Utilicé el doblez "punch down", que me parecía el que la hacía quedar más pequeña. De entrar, entra. Pero horror. ¡No se desdobla! Intento con todos los tips leídos, que meter el dedo, tomarla de la base y girar, tirar del palito, y nada. Quedaba ahí doblada, la muy infame. Además, ¿cómo es eso de que no se siente? Yo sí que la sentía, y mucho. 

Después de varios intentos, desistí. Un poco dolorida, por la inexperiencia y porque entre tratar de agarrarla es fácil pellizcarse sin querer, ouch. 

Dejé pasar un par de días y decidí intentar nuevamente. Es que seguía entre la espada y la pared. Era copa o ruina total con las toallas orgánicas. Me fue un poco menos peor, lograba introducirla, pero de todos modos quedaba doblada. Ahí uno se da cuenta de la fantasía de los videos, todos te dicen cómo ponerla con la mano de ejemplo, o con un vaso de vidrio, como si la vagina fuera un tubo redondo y abierto. 

Al principio me dio mucho nervio introducirla totalmente. El instructivo y todos los comentarios insisten en que es imposible que se vaya tan adentro como para que se quede para nunca jamás en los confines de nuestro interior, pero igual da nervio. Como que "se chupa". Bueno, al menos había logrado ponerla y sacarla.

Pero aun no me animaba a dejarla puesta un buen rato. Dejé pasar otro par de días, ya no me dio tanto nervio introducirla, incluso ya notaba que había agarrado cierta destreza en la movida de meter el dedo por el lado. Pero seguía doblada. Y se sentía. Al pararse, al sentarse, al todo. No dolía, pero sí que se sentía y resultaba incómodo. Me dije, hay que seguir intentando. Y probé con otro doblez, el que es en forma de C. Me parecía enorme, pero en realidad si uno le busca el lado igual entra y ese es mucho más fácil de desdoblar. Según yo. Porque aun eran pruebas sin peligro. 

Pero seguía notándola. A veces más, a veces menos, pero se notaba igual. Empecé a pensar que la copa no era para mí, o que tal vez tenía algún problema que me impedía usarla. Igual, no me iba a enterar hasta que pudiera ocuparla el día que me llegara la regla. Pero quería al menos ya tener la experiencia necesaria para meter, sacar y manipular sin tanta complicación. 

Seguía dándome vueltas el tema de sentirla de todos modos. Leí a un par de usuarias que decían que eso les pasaba por haber elegido una talla demasiado grande. ¿Me habré equivocado? Bueno, seguí intentando. Siempre decían que había que empujarla hacia atrás, hacia la espalda y no hacia arriba. Eso hacía yo. Concentradamente, según yo, para atrás. Pero de repente vi un dibujo en que me pareció que la cosa en realidad era más hacia abajo que hacia atrás.. ¿será eso? Me entró la curiosidad. Y probé, y creo que casi me desmayo de la impresión al comprobar que, ajustándola un poco hacia abajo, ¡realmente no la sentía! ¡No era un mito! Ni al pararse, sentarse, agacharse, acostarse. 

Contentísima con mi nuevo descubrimiento, la puse dos o tres días más, durante largos ratos de esa manera, hasta estar segura de que, según yo, estaba bien puesta. Ahora solo me quedaba esperar a que me llegara, para saber si realmente me funcionaba o era solo una ilusión.

Son tres tomos, algo así como tomazos. No suelo asustarme con la cantidad de páginas de una novela, así es que me la recomendaron y comencé. Nunca había leído a un japonés y tampoco me gusta la ciencia ficción, así es que en un comienzo tenía más reparos que expectativas. 

Básicamente se trata de la historia de Aomame y Tengo y de cómo se entrelazan sus vidas. Hasta aproximadamente la página 200 del primer tomo uno lee dos historias independientes, que no tienen punto en común. Aun así, me resultó bastante entretenido y ágil. De pronto hay un pequeño detalle en que uno se da cuenta de que en realidad las historias estaban más mezcladas de lo que uno creía. 

Tengo es un profesor de matemáticas que en sus tiempos libres se dedica a escribir. El editor un día le propone reescribir "La Crisálida de aire", que es una novela que se ha presentado a un concurso, pero como su autora es una joven de 17 años, consideran que no está lo suficientemente bien escrita como para ganar el primer premio. Aomame es instructora en un gimnasio y se ha especializado en masajes. Conoce el cuerpo humano y sus músculos a la perfección, lo que le permite llevar a cabo un trabajo oculto, que de vez en cuando le encarga una anciana clienta, que es el de asesinar a ciertos hombres sin dejar rastro. Aomame sabe cómo hacerlo. Y sabe que esos hombres realmente lo merecían.

Siempre he tenido el prejuicio de que la ciencia ficción nos sitúa en un mundo destrozado y sin esperanzas, pero acá es diferente. Si bien existe una alteración de la realidad, se narra con sutileza y no deja la sensación de que mañana tenemos que ir a primera hora a comprar una cuerda para ahorcarnos. 

Primer y segundo tomo van juntos. El final del primero deja la intriga lo suficientemente alta como para querer empezar el segundo altiro. El tercero, para mi gusto decae, y el final lo encontré decepcionante. No lo contaré por si alguien pasa sus ojos por estas líneas y aun no llega a la última página, pero... WTF? Esperaba algo más a la altura.

De todos modos me pareció una novela interesante, no para repetírsela, pero sí lo suficientemente ágil y bien contada como para recomendarla.